El medio ambiente en el futuro.
En 1987 la entonces primera ministra de Noruega, Gro Brundtland, planteó ante las Naciones Unidas la necesidad de evaluar el impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente. La ONU recogió la propuesta y crearon la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo conocida como Comisión Brundtland, cuyo primer informe fue titulado "Nuestro futuro común". Veinte años después las Naciones Unidas han producido un nuevo informe, el GEO-4, que fue presentado el mes pasado.
En 572 páginas, el informe muestra un cuadro poco alentador. Si bien la preocupación principal de hoy es el cambio climático, no es el único factor que amenaza la sostenibilidad del medio ambiente: los recursos de agua, los bosques y la biodiversidad, además de verse afectados por el cambio climático, están amenazados directamente por la actividad humana. La sobrepesca, la extensión de las áreas agrícolas por deforestación y la desertificación son también problemas críticos.
LA PRESIÓN
Desde la publicación de "Nuestro futuro común" en 1987, la población ha crecido un 34%. Hemos pasado de 5.000 a 6.700 millones. Este crecimiento ha conllevado otros cambios importantes; desde el 2006, por primera vez en la historia, más del 50% de la población vive en ciudades. Por otra parte, el 50% del empleo mundial está en agricultura, pesca y actividad forestal. Si bien el ingreso bruto ha subido en 2.000 dólares por persona, su distribución ha sido dramáticamente desigual, habiéndose incrementado en los países ricos mientras que en la mayoría de los muchos países pobres, ajustado al poder adquisitivo, ha disminuido.
Vivimos por encima de nuestras posibilidades. Se ha calculado que para mantener nuestros patrones de consumo necesitaríamos 22 hectáreas por habitante, pero solo hay 15,7 disponibles. Esto explica por qué durante 20 años hemos destruido 73.000 km2 de bosques cada año (el área conjunta de Bélgica y Holanda), de estos el 55% en África. Las consecuencias han sido desastrosas para la fauna. Se ha identificado 16.000 especies en peligro de extinción (30% anfibios, 23% mamíferos y 12% de aves).
De las especies marinas no se sabe lo suficiente para dar cifras. El ritmo de las extinciones es 100 veces más rápido que el que muestra el registro fósil. La causa principal es la reducción del hábitat, por cambio en el uso de la tierra, pero no es la única. La contaminación del mar y de los ríos y el cambio climático también son responsables de la reducción drástica de las especies en peligro de extinción.
EL AGUA
Uno de los aspectos críticos es la creciente demanda y decreciente disponibilidad de agua dulce. El consumo crece a la par con la población, pero el cambio climático reduce o altera la disponibilidad. Por otra parte, la contaminación reduce el agua dulce utilizable. Todo esto teniendo en cuenta que 2.600 millones de personas en el Tercer Mundo no están conectadas a un sistema de saneamiento. Hoy se utiliza el 70% del agua dulce disponible para riego y se calcula que para el 2050 se requerirá el doble. Se prevé que esta situación será más crítica en la zona andina de América Latina, donde los glaciares están desapareciendo y los ríos y el mar están cada vez más contaminados.
LAS EMISIONES
El tema de las emisiones ha sido mencionado muchas veces y en diversos contextos, y le ha merecido el Premio Nobel de la Paz a Al Gore* y a los científicos que han colaborado con él para alertar al mundo sobre el cambio climático. El informe GEO-4 de las Naciones Unidas hace clara referencia al impacto de las emisiones y da algunas cifras alarmantes sobre la tendencia.
La cantidad de kilómetros por pasajero del transporte aéreo ha aumentado en 76% entre los años 1990 y el 2000 y sigue incrementándose. En el mismo período la cantidad de carga transportada por los diversos medios (desde el camión hasta el avión, pasando por el tren y el barco) ha pasado de 4.000 millones a 7.000 millones de toneladas. La casi totalidad del transporte se lleva a cabo con combustibles fósiles que emiten CO2.
El cambio climático causado por los gases de efecto invernadero tiene impacto en todos los aspectos de la sostenibilidad. Cuando fue publicado "Nuestro futuro común", eran pocos los que anticipaban el impacto de las emisiones de CO2 y su efecto sobre el clima. A pesar de una larga y efectiva campaña de las empresas petroleras y las grandes industrias por soslayarlo, el efecto invernadero de los gases producto de la combustión se ha hecho evidente. El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha venido informando sobre las cifras y el GEO-4 recoge las conclusiones. La tierra se calienta, con lo cual crecen los huracanes, llueve más en unos sitios mientras otros se desertifican, algunos sistemas ecológicos colapsan, los mares suben y los ciclos se alteran.
UNA SOLA CRISIS
El informe GEO-4 deja en claro que no se tomó acción sobre el documento "Nuestro futuro común" y reafirma que hay "evidencia inequívoca" sobre el impacto del cambio climático. Entre las consecuencias de la inacción menciona lo siguiente: el 20% de las enfermedades en los países pobres se debe a la contaminación que los países desarrollados están exportando. En menos de 20 años, más de 1.800 millones de personas experimentarán falta de agua. La sobrepesca afecta el 75% de las zonas pesqueras y es posible que no se recuperen. El alza de la temperatura global y la acidificación de los mares amenazan el suministro de alimentos en todo el mundo.
Los fenómenos mencionados y cuantificados en el informe están íntimamente ligados; son diversas manifestaciones de una misma crisis que afecta al medio ambiente. Los mecanismos son diversos pero todos obedecen a una causa común: la actividad humana. La población no solo ha crecido, también ha aumentado sus niveles de consumo y movilidad. Hoy el 60% de la población humana vive a menos de 100 km del mar, pero los alimentos que consume se cultivan a grandes distancias. La demanda de energía aumenta a la par con el poder adquisitivo y llega a niveles extremos en los países más ricos.
CONTROLAR PARA PRESERVAR
A medida que la humanidad ocupa más del planeta lo hace desplazando la flora y fauna. El creciente consumo de energía generada por combustión acelera el cambio climático aumentando la presión sobre el medio ambiente. Las conclusiones del informe de las Naciones Unidas ponen en evidencia estas circunstancias y alertan que en el 2025 la Tierra tendrá 8.000 millones de habitantes que requerirán agua y tierra de cultivo. Por otra parte, si seguimos produciendo emisiones de CO2 al ritmo actual, el clima se podrá alterar con consecuencias catastróficas.
Tal vez el mejor resumen de las conclusiones que se pueden sacar de la lectura del informe fueron expresadas en un programa de la BBC por el prestigioso biólogo David Attenborough. En un programa, al comparar el colapso de la cultura Maya --cuando había menos de 200 millones de habitantes en la Tierra-- con lo que sucede hoy, Attenborough concluyó: "Ha llegado el momento de que el hombre, en lugar de dedicarse a controlar el ambiente para proteger a la población, controle la población para preservar el ambiente". Desgraciadamente queda poco tiempo para el cambio, ojalá el informe de las Naciones Unidas contribuya a que se produzca.
IMAGENES DEL MEDIO AMBIENTE EN EL FUTURO.


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